El Mozo de mi tía

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Un joven acude al sepelio de su tío y se lleva una tremenda y agradable sorpresa cuando conoce a su joven mayordomo. Cuando tenía 23 años, falleció el cuñado de padre, como fue en verano mi madre que quería mucho a mi tía me dijo quédate unos días con ella para que no se sienta tan sola a pesar que tenía un mozo y una cocinera, pero mi madre insistió diciendo que el no era familiar sino que un empleado. Bueno mis padres regresaron a la capital después del sepelio de mi tío. Mi tía gozaba de un bienestar económico ya que el difunto le había heredado mucho dinero y bienes. Desde que había llegado no había visto al dichoso mayordomo ya que justamente esos días que mi tío falleció él estaba libre, mi tía me dijo mañana llega Dan, por si tienes que irte, no le dije nada solamente pensaba en cómo sería, me lo imaginaba gordo y viejo, en resumidas cuentas un viejo sin gracia, pero qué equivocado estaba. Yo me encontraba durmiendo cuando siento que alguien golpea la puerta de mi habitación y entra miro el reloj que estaba en la pared y eran las 10 de la mañana y escucho una voz varonil que me dice ¡¡¡Buenos días joven!!! , Disculpe que le moleste pero su señora tía me ha encargado que lo despierte para que le acompañe a los viñedos para revisar algunos documentos, le miré y pregunté ¿quién eres? . Mi nombre es Danilo soy el mayordomo de la señora, no podía creer era un chico de 23 años según después me lo dijo bastante alto 1.90, rubio de ojos verdes, más que ser el mozo de la casa parecía el dueño de ella, pensé que estaba soñando, él solamente me miró y dejó la bandeja en una mesa y se fue. Después de acompañar a mi tía a los viñedos traté de ubicarlo, la verdad es que me había dejado impresionado, como no lo pude ubicar me fui a mi habitación para descansar total igual en algún momento le vería, y cuando me dirijo hacia ella me doy cuenta que está abierta la habitación que había tenido mi tío los últimos días que estuvo enfermo y cuál mi sorpresa veo a Danilo arrodillado frente a la cama con la bata de mi tío en sus manos y estaba llorando, entro le toco el hombro él se asusta y trata de salir pero se lo impido colocándome frente a él, me abraza y sigue llorando, entre sollozos me cuenta que él le había recogido de la calle ya que por culpa de la droga había dejado a su familia y andaba vagando por las calles y le llevó a un centro de rehabilitación y después se lo llevó como mozo de la casa y lamentaba no haber estado en sus últimos momentos, después que se calmó se fue para el jardín y yo a mi habitación. Dani, me pareció un tipo muy simpático, yo quería que mi tía estuviera más acompañada, para poder irme más tranquilo aunque francamente me encantaba estar cerca de él, la verdad me sentía muy atraído y me daba un poco de vergüenza ya que se daba cuenta. Cierta mañana ella me envía con él a los viñedos a buscar unos documentos que le debía enviar el contador para firmarlos. Ambos como si nos hubiéramos puesto de acuerdo fuimos con pantalones cortos, tenía unas piernas estupendas y yo no me quedaba atrás, subí a la camioneta, me sonrío, se ató su melena rubia, y empezó a manejar. De repente lo miro y veo que se estaba tocando su pantalón y pasándome un brazo musculoso por mi espalda, me dijo que seríamos buenos amigos. Yo lo miraba de reojo y él seguía tocándose algo que le crecía cada vez más en sus shorts, parecía como un pepino gigante, él sonreía, prontamente llegamos a los viñedos retiramos los documentos y regresamos a casa. Mi tía se había sentido muy mareada según nos dijo la cocinera y estaba recostado y no quería ser molestada y la cocinera aprovechando me pidió permiso para salir donde su hija un par de horas ya que se encontraba enferma y quería visitarla, le dije que fuera, mientras tanto veía televisión e invité a Dan, no me dijo porque la señora se enoja, no te preocupes total ella está durmiendo, finalmente aceptó, en ese momento supe que mi vida cambiaba, quería seguir mirando su pantalón. Él sentado con las piernas bien abiertas me invitaba a mirar el espectáculo más maravilloso que jamás había visto, en cierto momento me paré de mi asiento y le dije me duele un poco la espalda me puedo sentar en el suelo entre tus piernas y me das un masaje en los hombros para relajarme, yo mismo me sorprendía conmigo mismo lo que decía y hacía. No dijo nada, yo me senté entre sus piernas a mirar la tele y me pareció que me apretaba un poco con sus rodillas, y luego las soltaba abriéndolas, cuando esto ocurría yo me acomodaba más atrás, más pegado hacia él. Podía sentir en mi cuello su verga, él con su mano me acariciaba el pelo, y yo sentía en mi cuello como su hierro latía. En un momento lo miré para sonreírle y vi que tenía todo ese tremendo pene afuera apuntándome, yo me asusté, pero no pude más ver su cara tenía delante de mí un trozo de carne que palpitaba cerca de mi boca, me mojé los labios. Como sediento, y sin darme cuenta él con una de sus manos de hombre endereza su verga hasta que tocó mi boca, le di un suave mordisco en la punta de su cálido falo, y como si tomara un helado fui lamiendo todo ese maravilloso monstruo que medía 25 centímetros y muy gordo. Él se acomodó mejor me hizo dar vuelta y así arrodillado delante de él comenzó a mover su cintura para adelante y para atrás, metiéndomela y sacándola rítmicamente, me tomó la mano, la llevó hacia la verga y me hizo apretársela mientras seguía con los movimientos cada vez más rápidos, después empezaron a ser más lentos me miró a los ojos, y me la sacó de la boca. Yo tenía toda la cara mojada por sus líquidos y mi saliva, frotaba su pene en mi cara, sonreía y me dio unos pequeños golpes con ella, sonrió de nuevo y me abrió la boca con un dedo, yo chupé ese dedo como si fuera su verga, pensé que eso quería, pero no me guiña un ojo; empezó a frotarse muy fuerte en mi cara y me la metió en la boca, casi entera, casi hasta la garganta y sentí su liquido espeso y caliente inundando mi boca. Dan se quedó con los ojos cerrados yo tragué su leche, para poder seguir chupando, pero noté que se ablandaba su tremenda verga, se la limpié, primero con los labios, después con las manos hasta que quedó limpia, la guardó en sus shorts, casi no entraba porque a pesar de estar mas blanda, era enorme, y seguimos viendo la tele, pero esta vez él comenzó a meter su mano por encima de mi bragueta, yo estaba muy caliente, me bajó el cierre y jugaba con mi verga y tocaba mis huevos, me miró y me dijo deja que te lo haga yo ahora y me paré cayendo mis pantalones, me miró y dijo la tienes muy grande y más gorda que la mía, en realidad él la tenía más grande, pero no tan gorda, y de un solo golpe se la metió en la boca, la chupaba tan suavemente que casi me hace acabar, la verdad lo hacía muy bien. Después de un rato se levantó y me dijo quiero que me la metas, le dije no porque puede aparecer mi tía, entonces él me invita a su habitación, estaba tan caliente que acepté. Apenas llegamos a su habitación nos desnudamos y me la chupó nuevamente y cuando la tuvo bien lubricada se la introdujo lentamente quejándose un poco, me sentía en las nubes, poco a poco se la metió completamente y cabalgaba mientras se masturbaba, ambos gemíamos de placer, pero él se detuvo y me dijo ¿quieres sentir la mía dentro de ti?, No me hice de rogar mucho y él se acostó de espalda con su mástil bien parado se lo lubriqué un poco mamándoselo para luego metérmelo suavemente, mientras me daba la tarea de hacerlo, él me toma por las nalgas y me la hundió hasta los huevos, sentí un tremendo dolor, pero poco a poco mientras cabalgaba se fue pasando. En un momento que estábamos a punto de acabar me dijo ¡¡¡cabalgas tan rico como tu tío !!! , Eso me sorprendió un poco y mirándolo a los ojos le dije ¿lo hacías con mi tío? . Algunas veces cuando él se sentía muy caliente venía a mi habitación y ambos nos la metíamos, también la tenía grande y me hacia gozar mucho, te voy a hacer una confidencia, él me hizo conocer el sexo con hombres y la verdad no me arrepiento porque es muy rico, no le alcancé a decir nada porque sentía mi hoyito inundarse por su leche, yo seguía masturbándome para acabar también pero me dijo no todavía, y me hizo levantarme de su hierro caliente y se puso en cuatro patas y me dijo quiero que acabes dentro de mí, sin dudarlo se lo puse en la entrada de su hoyito y fue él quien se encargó de metérselo echándose hacia atrás, hasta que lo tomé de la cintura y se lo metí fuertemente, no duré mucho porque estaba tan caliente que derramé toda mi leche dentro de sus entrañas, mientras él acababa nuevamente. Luego nos sentamos en la cama a fumarnos un cigarrillo y me contó que fue el amante de mi tío durante 2 años, casi enseguida de su llegada del instituto de rehabilitación para drogadictos y que solamente hacía dos meses cuando se puso más enfermo ya no lo hicieron. Luego me duché y me fui a entregarle los documentos a mi tía y me fui a mi habitación a meditar sobre lo sucedido con ese tremendo machote, todavía no podía creer lo que había pasado. Finalmente me quedé "acompañando a mi tía" 1 mes y medio y con Dan lo hacíamos casi todos los días, en los viñedos, en el río, en la casa por supuesto que era de noche y toda la noche. Desde mi partida Dan me llamaba casi todas las noches, eso fue durante 6 meses hasta que a él se le ocurrió acostarse con el yerno de la cocinera y esta les pilló in fraganti en la habitación de Dan, y sin decir palabra fue por mi tía para que se cerciorase por sus propios ojos de lo que estaba haciendo su "regalón". Pienso que la vieja de la cocinera lo hizo solamente porque estaba envidiosa ya que mi tía tenia muchas atenciones con Dan. Bueno desde ese día no he vuelto a saber de él.
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