La mejor follada con una cabra

Zoofilia Visto: 1842
Un joven nos cuenta cómo desde su infancia ya sentia predilección y amor hacia los animales, y de cómo, poco a poco, cuando se hace mayor, ese amor pasa a convertirse en sexo con animales...perdiendo su virginidad con una cabra. Mi infancia transcurrió en la zona rural, como granjero era lógico que tuviese muchos contactos con animales, cuando hablo de contacto, lo hago en el sentido más explícito de la palabra Además del cúlito de algunos de mis amigos de infancia, mi verga hasta la edad de 20 años, sólo conoció el culo de las gallinas, una vez una novilla y una vez invente con una vaca, pero estos recuerdos pasaran como bellaquerías de la infancia, pero no puedo pasar desapercibido que fue precisamente una cabra la que me desvirgo. En esos tiempos la población no era tan densa, por lo que un vecino había dejado una cabra de tras de la casa, junto con otros amigos nos propusimos coger una cabra, me quedaba justo a mi tamaño, los amigos la agarraron y puse mi vergita en el culo oscuro y arrugado de la cabra, trate de entrarlo a la fuerza y deje mi virgo en el intento; la cantidad de sangre fue tanta que manche mi pantalón y corrí dando gritos a donde mi madre y le invente la mentira de que me había enganchado con el cierre del pantalón, como no era muy común usar ropa interior, ella se tragó el cuento; Hago voto por la lealtad de los amigos de ese tiempo, ya que de esto nunca se supo nada. Ya un hombre, he cogido cantidades de mujeres y como tengo mis inclinaciones he tenido mis grandes momentos con hombres y animales, pero recuerdo con inquietud aquel frustrado intento con la cabra donde perdí mi virginidad, más ahora que tengo un amigo que no calla en mencionar que la mejor foliada la da una cabra, por lo que he solicitado todas las instrucciones y esto fue lo que sucedió. Como tengo una finca, donde crío vacas y caballos, visité una feria canina en mi País donde se estaban exhibiendo los más puros ejemplares de la raza canina y bobina, después de recorrer por dos ocasiones las instalaciones de la feria, encontré al final del pasillo un galpón donde tenían en exhibición tres cabra, dos hembras y un macho, había una muy joven, lo supe por la estreche de su folla y la finura de su nalga; pero para compensar había una gran cabra, de pelo rubio, grandes tetas y una folla del tamaño normal de una mujer, tenía unos lindos ojos azules y una postura de estirpe que me dejo loco, mientras el encargado me decía sobre el linaje de dicha cabra, yo solo me imaginaba follándola, por esto sin haber entendido nada, compre la cabra y desde ese instante la bautice como Daysi. Al día siguiente de haberla comprado inventé un viaje para el campo, llegué a mi finca casi al anochecer, por, amarre la cabra en la terraza casi frente a la sala, despache el celador que generalmente se quedaba en la casa hasta horas tarde de la noche, dándome los informes pertinentes a su trabajo, previamente le instruí para que me le diera un buen baño a la cabra. Vi la tele hasta más o menos la media noche, me tome dos botellas de vino tinto y un trago de buen coñac, luego entre la cabra a la sala y encendí la chimenea, puse la cabra en el centro de la alfombra y me arrodille junto a ella, pase mis manos por su cabeza y todo el cuerpo, ella me miraba temerosa, luego acaricie sus grandes tetas, como se quedaba tranquila intente besarla y lo hice sin ningún contra tiempo, tragué aquellas tetas inmensas con pezones fuertes y en forma de verga, por lo que la mame con ganas, y deseos insatisfechos, ella seguía con su mirada de miedo, pero recibía tranquila las caricias. Sin darme cuenta como, estaba acostado debajo de la cabra, mamando sus tetas e intentado alanzar por en medio de las patas la folla, tenía una folla clara, de un color amarillento, muy distinto a aquella que me desvirgó en mi niñez, se veía limpia, olorosa y en cierta forma excitante. Con mucho esfuerzo logré llegar donde quería, estaba justo en medio de las dos patas de la cabra, sentado, con la folla de esta justo en mi cara, a pocos centímetros de mi boca, sólo tuve que extender mi lengua y estaba hurgando en ella obteniendo su primer reacción, se movió un poco, como si se acomodara para algo más fuerte, yo la penetre con mi lengua y con las manos acaricie sus colgantes tetas que se habían ensanchado un poco más. Transcurridos 20 minutos mamando aquella folla exquisita, saque mi pínga toda erecta y mojada por las eyaculaciones previas, recogí de mi pene todo el semen que pude y lo unte en ella aunque estaba lo suficientemente lubricada con mi saliva y algo de secreciones de ella, es bueno decir que para este momento el aspecto de sus ojos había cambiado totalmente, se saboreaba la boca y pasaba su lengua por los lados de su amplia boca, por lo que pude notar que estaba preparada para se follada. Seguí las instrucciones de mi amigo de infancia, ya tenía mi pinga fuera del pantalón, por la braga, sin quitarme el pantalón, coloque mi verga en la folla y la cogí por las dos patas traseras en forma de carretilla, y empuje lentamente, según la penetraba vi en el espejo del frente como agitaba más intensamente la lengua y sus ojos perecían rotar en las cuencas, sólo la había penetrado un poco, hice un movimiento brusco y mi verga se enterró hasta la coronillas, justo donde se adherían mi bolas, entre los pies de la cabra en los bolsillos traseros de mi pantalón agarrándolos con ambas manos y luego la culié un poco, luego hice un ruido para asustarla, ella comenzó a flexional con las patas, haciendo que mi verga entrara y saliera. De forma vertiginosa, intentaba con este movimiento soltarse las patas aprisionadas y sacarse la pinga que la perforaba, yo no pude aguantar la estreche, la calentura y la rapidez de aquellos movimientos, sentí que desfallecía, toda la excitación, toda las ganas se me agolparon en el cerebro y exploto enviando una sensación que recorrió en un segundo todo mi cuerpo y exploto en mi folla, pense que iba a caer y como si fuera lo único que me sostenía, le di una culiá fuerte sacando de la cabra una secuencias de berrido que pusieron el sello a la culminación, me la imagine teniendo un orgasmo, corriéndose por el gusto que le producía mi verga dentro y mi semen salió, salió de mi verga y con la misma presión salió de la folla de ella que No paraba de gritar, dure medio minutos entre la venida y experimentando las sensaciones que les sigue, luego mis piernas se doblaron y no pude contener más el empuje de la cabra. Ya suelta ella paró de gritar y se volvió a mí expulsando semen por su parte, yo estaba tendido, sin fuerza en medio de sus dos patas delanteras, con mi verga dormida empapada de semen, por lo que la cabra comenzó a lamerme hasta dejarme limpio descubriendo con esto que tenía mucho que aprender para disfrutar de una cabra; por lo pronto, al día siguiente corrí a comprar el macho, pues he sabido que saben coger como ningún otro animal, pero la ORGÍA DE LA CABRA, EL CABRO Y YO, es mi próxima historia. Hágame llegar sus comentarios a: EL LLANERO SOLITARIO.
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