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El Credo de la Sumisa

La mujer sumisa a un amo debe creer en lo que hace. Contaré a mi amo, con toda sinceridad, cuáles son mis necesidades, deseos, limitaciones y experiencia. Reconozco que no hacerlo, nos privará a mi amo y a mí, de tener las mejores experiencias posibles y que también puede conducir a traumatismos físicos o emocionales. No debo manipular a mi amo y en consecuencia no trataré de que haga las cosas como a mí me plazca. Mantendré la mente abierta para ensayar nuevas experiencias, para expandir los limites de mis sentidos, aunque inicialmente no las considere apropiadas. Sé que esto me ayudará a crecer como persona y como esclava. Tengo la obligación de descubrir lo que le gusta a mi amo y debo hacer todo lo que esté a mi alcance para satisfacer sus necesidades y deseos. Le permitiré a mi amo que me discipline pero en ningún caso que abuse de mí. Seré cortés y servicial con mi amo. Cuando él decida, compartiré con otros mis habilidades y conocimientos, si él considera que esto le va a causar placer. Seré paciente con las sumisas nuevas que mi amo quiera que ayude a entrenar. Responderé con prontitud a las órdenes que imparta mi amo. No le ocultaré mis sentimientos ni mis emociones pues reconozco que él es la autoridad suprema. Aceptaré las consecuencias de mis faltas y las enmendaré cuanto antes, tratando siempre de proteger la relación con mi amo. Solo me someteré a un amo que sea comprensivo, generoso y que me respete como persona. Comprendo perfectamente que la sumisión no debe ser competitiva y por consiguiente no haré ostentación de mis atributos físicos, de mis habilidades o de mis conocimientos para presumir ante otras sumisas. Obedeceré a mi amo aún si estoy en desacuerdo con lo que me esté pidiendo, pues sé que él quiere lo mejor para mí y sabe lo que más me conviene ante una situación en particular. Reconozco que mi conducta puede afectar la reputación de mi amo y por consiguiente haré todo lo que esté a mi alcance para hacerlo quedar bien frente a los demás. Además de todo lo anterior, desempeñaré con eficiencia y lealtad mi papel de sumisa. Nadie podrá decir que mi sumisión es señal de debilidad o de falta de carácter. Me sentiré orgullosa de lo que soy y siempre mostraré una actitud positiva.